Historia de los blusas y neskas ¡Y composición de sus trajes!

2022-08-08 07:01:58 By : Mr. Fang Zhan

Este 5 de agosto vuelven a Vitoria los protagonistas especiales, tras el Día del Blusa y de la Neska. 

Aplaudidos o criticados, los blusas suponen un elemento diferenciador de las fiestas de La Blanca desde 1878 , año en el que surgieron las primeras cuadrillas. Su nombre lo adoptan de la prenda de vestir que los mozos llevaban a los toros para cubrirse y no mancharse la camisa, porque a pesar de que durante un tiempo muchos jóvenes elegían el frontón y la pelota como destino final del paseíllo, los toros habían estado siempre muy ligados a la historia de los blusas. Ya no hay toros, así que cambian los hábitos.

Durante los últimos años del siglo XIX, los mozos se situaban en los palcos 8 y 9 de la plaza de toros para seguir desde allí, juntos, la lidia. Eran conocidas también las serenatas nocturnas que protagonizaban bajo el balcón de la habitación del hotel de algunos toreros.

En la historia reciente de las cuadrillas de blusas, la primera reconocida fue la de El Himeneo, fundada en 1925. Un año más tarde surgió Ab-del Krim y Compañía.

Tras la Guerra Civil, en el año 1941 se reanudaron las fiestas de La Blanca siendo alcalde José Lejarreta, conocido popularmente como el ‘alcalde de los blusas’. No en vano, les apoyó incondicionalmente en los años de dificultades económicas.

Cada cuadrilla ha adaptado el antiguo uniforme de faena a su gusto y por eso algunas visten blusa azul marino, otras negra, a cuadros… Antiguamente, el color de la blusa dependía del oficio de cada uno.

Así, el gremio de los obradores de ultramarinos que fabricaba chocolate la llevaba de color gris, los trabajadores de muebles Bonilla la utilizaban blanca y los carboneros, negra.

Como buenos aficionados taurinos antaño, los mozos sabían que los diestros lucirían en la plaza el traje de luces y ellos, por culpa del vino, la bota y el bocadillo de chorizo, saldrían con el de lamparones.

Así que para no mancharse la camisa, los jóvenes pedían a los trabajadores de cada gremio que les prestaran sus blusas y las utilizaban como batas.

Por eso, entre las neskas, la blusa no era una prenda que gozara de mucha elegancia. No es de extrañar, por tanto, que en cuanto acababa el paseíllo de vuelta, los mozos se la quitaban para acudir al baile con la camisa limpia.

Los primeros trajes de neska se empezaron a ver en las fiestas de La Blanca en el año 1967, cuando los promotores de los festejos decidieron que ‘las manolas’ (las tres presidentas de las becerradas que solían acudir a la plaza de toros en un coche descapotable) dejaran de vestir con mantilla y peineta y se vistieran de caseras.

El tradicional traje gris de lunares o flores se está sustituyendo, cada vez con más éxito, por el de hilandera: diferentes trajes de colores llamativos, generalmente a rayas que, eso sí, como bien expresa una experimentada vendedora de trajes de blusa y neska de Vitoria, “hay que saber llevarlo”.

 “Con lo bonitos que son, si luego van con zapatillas, con el moño medio caído o con varias copas de más… no se luce”.

Consejos para sobrellevar el dolor que producen las abarcas –

Txapela. En desuso por la alta probabilidad de pérdida. Color, negra.

Pañuelo. Protagonista de una de las eternas polémicas de La Blanca: ¿azul o rojo? El rojo se utilizaba en las jornadas festivas y el azul para secarse el sudor durante el trabajo. De algodón o poliéster. Hay versiones de que el rojo es el de la bandera de Vitoria-Gasteiz y el azul de los arrantzales de Bizkaia.

Blusa. Los mozos la utilizaban como bata para no mancharse la camisa. Para las neskas era una prenda poco elegante, así que se la quitaban para ir al baile por la noche. 70% algodón, 30% poliéster.

Camisa Blanca. Diferencia a la mayoría de los blusas de los más pulcros. 100% algodón.

Pantalón. Según la cuadrilla, azul marino o mil rayas. Se empieza a usar el pantalón pirata. 100% algodón.

Faja o ‘gerriko’ . Generalmente roja, algunas cuadrillas la llevan verde o negra. Utilizada para sujetar los pantalones y como protección lumbar. 100% algodón.

Calcetines Gordos. para proteger los pies del frío, se colocaban por encima del pantalón para no mojarse los bajos. 100% lana o algodón.

Abarca. Calzado típico de los aldeanos. Las hay de goma o de cuero.

Pañuelo Blanco con lunares negros. Antiguamente se usaban dos, uno para proteger la cabeza del sol y otro en el cuello, para secar el sudor y no manchar el cuello de la camisa.100% algodón.

Traje completo Gris, con lunares blancos. A algunas neskas jóvenes les resulta más cómodo vestir el traje de arrantzale (azul marino), pero no es oriundo de Álava. Hasta 1967, las ‘manolas’ (presidentas de las becerradas) desfilaban en el paseíllo con mantilla y peineta. Ese año se decidió que abandonaran dicha vestimenta por la de caseras. El resto de neskas imitó el cambio. El traje de gala es el de hilandera, más vistoso.

Combinación. Falda interior blanca bordada con una cinta roja en su parte baja. 100% algodón.

Pololos. Segunda prenda interior que se coloca bajo la falda y las enaguas y que, además de proporcionar calor, protege de miradas indiscretas en caso de viento o baile ‘arin-arin’. 100% algodón.

Delantal. Con o sin bolsillos. Negro. 100% raso.

Calcetines de lana. Protegen del frío los pies y la parte de pierna que no tapan los pololos.

Abarca. Las mismas que para los blusas.

Los toros eran una tradición arraigada en Vitoria, pero tenemos poca memoria historica.

Precisamente porque tenemos memoria historica; queremos acabar con la vitoria gris de otros tiempos.

Qué insidioso recalcar todo el rato lo de que «antes» eran aficionados a los toros…Pues sabed que muchos vitorianos hemos sido y seguimos siendo aficionados hasta la médula.Lo que no somos es gilipollas:Si traen unos carteles de mierda a precio de oro nos vamos a Bilbao a ver la de Miura a las dos semanas. Eso por no mencionar que ha habido muuuchos toreros alaveses y vitorianos…Que parece que nadie lo recuerda nunca.

Al que no le gusten los toros que no vaya . Tenemos al lado Bilbao que hacen muy buenas corridas para ir a verlos y allí Nadie se queja aquí estamos llenos de catetazos que se ponen a la puerta de la plaza de toros a insultar . Si no te gustan los toros ni te arrimes a la plaza

Yo quiero fiestas con toros. El paseíllo tendría sentido ahora es un viaje al absurdo . Generan dinero , llenan hoteles , traen gente de fuera, son un motor económico. Pero en esta ciudad estamos gobernados por meapilas miedicas sin criterio propio ni guevos.

Es decir, en Vitoria había corridas de toros antes que blusas. Las autoridades manipulan las tradiciones.