Tips para hacer el Camino de Santiago (y acabarlo sin una ampolla)
Si este año quieres animarte a hacer el Camino te damos algunos consejos para que lo logres con éxito
La experiencia de hacer el Camino de Santiago es algo que por lo menos hay que vivirlo una vez en la vida. Se puede hacer durante todo el año, pero los mejores meses son de julio a octubre (aunque ojito con el calor veraniego, que también se nota). Si le has estado dando vueltas a la idea de calzarte unas botas y ponerse a caminar, no lo dudes más. Te ayudamos a que completes el camino con éxito y sin llegar con los pies rojos y doloridos.
La clave para hacer que el Camino sea una buena experiencia es la planificación y el peso de tu mochila. Hay diferentes rutas para llegar a Santiago, pudiendo hacer el Camino del Norte, el Francés, el Portugués… y tú decides desde dónde empiezas. Ahora bien, si tienes poco tiempo y eres principiante puede que lo mejor sea hacer los últimos 100 kilómetros partiendo desde Sarria. La ruta aquí ya está muy concurrida, con lo que te aseguras no perderte nunca, encontrar sitio dónde dormir y dónde comer. Si sales de este pueblo el camino acaba reduciéndose en 5 o 6 etapas según el kilometraje que decidas hacer.
Para la mochila lo ideal es llevar pocas prendas de ropa, ya que en los albergues siempre hay lavadoras para limpiar la ropa (o en su defecto un lavadero). Los calcetines son la única prenda que vale la pena que lleves de más, ya que son un alivio para los pies. Es importante que te lleves también un calzado alternativo a los zapatos de caminar, para que cuando llegues al pueblo te los puedas quitar. Para ello, lo ideal son unas crocs, ya que te sirven para las duchas comunes y si tienes frío también las puedes llevar con unos calcetines. Sí, posiblemente en el Camino sea la única vez que hagas esto tan guiri de ponerte sandalias y calcetines.
Un par de mosquetones encima puede marcar la diferencia entre tener ropa seca o mojada. Son ideales para colgar de la mochila aquellas prendas que aún están húmedas y que se acaben de secar por el camino. Un buen impermeable, que también tape la mochila que llevas, marcará la diferencia entre que te quedes empapadx por una lluvia random (puede pasar) o que llegues a tu destino en la mejor condición posible. Aunque sí que es cierto que, o bien te parecerás a Gandalf, o una especie de tortuga ninja aun más mutante. Pero estarás secx.
Pero la clave para que puedas llegar a Santiago sin sufrir es la vaselina. No es coña. Compra un tubo en la farmacia y cada mañana antes de ponerte los calcetines, úntate bien los pies de vaselina. De esta manera evitarás que aparezcan rozaduras y ampollas durante todo el trayecto.