¿Quién mide lo que se tarda en hacer una ruta por el monte? | El Diario Montañes

2022-05-28 23:20:22 By : Ms. Linda xue

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Llega el buen tiempo y nos echamos al monte. Literal. Huimos del asfalto para darnos un baño verde. ¿A quién no le apetece salir a pasear por el bosque un domingo a la mañana con buena temperatura? De repente, en pleno paseo, nos encontramos con un cartel que señaliza una ruta: parque natural, 1hora 30 minutos. Nos fiamos y emperendemos la marcha pero pasada esa hora y media nos encontramos en mitad de un bosque, subiendo por un camino empinado. ¿Pero quién se encarga de estos carteles? ¿Quién ha calculado el tiempo de ascenso, Kilian Jornet?

«Es complicado», reconoce Ángel González Presa, que se dedica con su empresa, La Tierra del Roble, a señalizar rutas desde hace cuatro años, pero llevan más de veinte en el sector. «Yo suelo poner más tiempo del que tardamos nosotros, por ejemplo, pero no siempre pasa eso», continúa. «Antes las hacían los 'machacas'», precisa Txema Iriarte, responsable del Área de Senderismo y Senderos de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME). Y claro, luego llegamos nosotros, que no hemos andado en la vida ni 10 kilómetros...

Confeccionar estos carteles, que normalmente son encargados por administraciones, asociaciones o promotores turísticos «es una gran responsabilidad», señala González Presa. Tanto los de inicio de ruta, «que invitan a adentrarse en ella», como los que marcan los puntos en su interior. En los primeros, desde La Tierra del Roble nos instan a que nos fiemos de los que incluyen mapas cartográficos, rutas bien dibujadas, QR para el móvil con ellas y señalicen dónde empieza ese sendero y dónde estamos nosotros

¿Y en los interiores? Hay que tener cuidado tanto si somos senderistas como empresas. A veces no están bien colocados en los puntos problemáticos o desaparecen por culpa del vandalismo.

También debemos tener en cuenta la dificultad de cada ruta. Sobre todo, si no tenemos experiencia. «Para eso, lo que más se usa desde los años 2000 es el MIDE, un sistema que ayuda a categorizar los senderos teniendo en cuenta varios parámetros», precisa Iriarte.

Valora «la dificultad y compromiso» de las excursiones del 1 al 5 con criterios como el medio, el itinerario, el desplazamiento y el esfuerzo. Digamos, que con él podríamos calcular mejor cuánto nos costará hacerlo, aunque no es infalible

¿La razón? Que requiere que seamos sinceros sobre nuestra pericia. «Y esto es algo subjetivo», señala Iriarte. Como cuando señalamos nuestro nivel de inglés en un currículum, solo que en el monte la fanfarronería nos puede salir muy cara.

Por otro lado, no todos los carteles que nos vamos a encontrar contienen esta información. «Esto no es Francia», avisa la FEDME. En España, cada administración, (local, provincial, regional y nacional) tienen potestad para colocar los suyos:«No hay una homogeneización ni una homologación», confirma Domingo Fernández, miembro de la Dirección Técnica de Senderos de la FEDME. Es decir, que no existe un mínimo de información obligatoria a dar, la responsabilidad recae en las empresas que los hacen. «Y, a veces, estas personas los elaboran desde la oficina, sin pisar siquiera el terreno», lamenta González Presa.

¿Qué hacemos entonces? ¿Nos lanzamos a la ruta o no? Los expertos nos recomiendan precaución y que busquemos más información que la del cartel en webs, guía, foros... Si se trata de un sendero homologado por las federaciones de montaña tenemos la ventaja de que ha sido testado y está mantenido, «pero no todos lo están» porque no todos los promotores se pueden comprometer a cosas como esta.

Como recomendación, cuando leamos un cartel, tenemos que buscar en él varias informaciones básicas:«Un mapa que nos indique el trayecto, el punto de inicio y el punto de fin de la ruta, contener una escala sin manipular que nos informe del desnivel de forma clara e información sobre el tipo de firme y el tiempo estimado para hacerlo en función de qué parámetros», orienta Fernández.

– ¿Y todo eso cabe en un panel?

– Sí, pero hay que tener en cuenta que más allá de las 250 palabras, la gente no sigue leyendo y eso hace que la información esté resumida al máximo.

Así que si ve un sendero y le gusta, lo mejor es planificar la excursión. En la FEDME llevan meses trabajando en una nueva 'app' que facilite esta labor a los senderistas. Además de datos sobre los caminos homologados, permitirá explorar rutas cercanas a donde estemos. «Muchas veces sabemos en qué localidad empieza, pero no dónde exactamente, y esto es importante», concluye Iriarte.

Si estás integrándote aún en esto del senderismo y ya sueñas con recorrer a pie algunos de los mejores paisajes en la montaña o con descubrir maravillosas rutas, aquí te damos algunos consejos útiles para todos aquellos que ya planeen iniciarse o se estén adentrando aún en el senderismo.

Atención a los colores

A día de hoy hay muchos senderos homologados autorizados y revisados por la FEDME y por las federaciones autonómicas como la FEMPA. Todos ellos pueden indentificarse fácilmente gracias a sus marcas de diferentes colores y que se corresponden con diferentes niveles de dificultad.

Por un lado, podrás encontrar las marcas rojas y blancas que corresponden a senderos de Gran Recorrido con más de 50 kilómetros. Por otro lado, también es habitual encontrarse las marcas amarillas y blancas que corresponden a Pequeño Recorrido o las verdes y blancas que señalan los Senderos Locales, siendo cualquiera de estas dos últimas, las mejores alternativas para empezar en este deporte, ya que en el caso de los senderos de pequeño recorrido estos no superan los 50 kilómetros y en el caso de los senderos locales no llegan a los 10 km.

Además de estos senderos homologados, también es fácil encontrarse con numerosos senderos y caminos no homologados, los cuales pueden contar con diferentes señalizaciones, como podemos encontrar por ejemplo en el caso de pistas naturales, vías verdes o en el mismo Camino de Santiago. Y todo esto sumado a la señalización a través de hitos (montículos de piedra situados en los caminos y rutas) los cuales pueden convertirse en nuestra mejor guía cuando no hay un camino claro marcado.

Otro aspecto importante a tener en cuenta, sobre todo a la hora de elegir la ruta que vamos a hacer, es saber el nivel de dificultad que presenta el recorrido y una buena forma de averiguarlo es consultar el MIDE (Método de Información de Excursiones). El MIDE, nos aportará una serie de datos importantes sobre el recorrido como el desnivel, la distancia, así como también su dificultad que puede situarse en un nivel fácil, moderado o difícil. Esto es algo que siempre podrás revisar antes de realizar cualquier ruta.

Planifica la ruta y el recorrido: Antes de realizar cualquier ruta no olvides planificarla de antemano, sobre todo si eres principiante no dudes en empezar con rutas de senderismo fáciles y de iniciación para después según mejore tu estado físico poder ir aumentando la dificultad de las rutas de forma progresiva.

También tendrás que tener en cuenta el tiempo total que podrá llevarte la ruta, calculando las posibles paradas, el estado en el que se encuentra el sendero o el tipo de recorrido con el que vas a encontrarte (circular o de ida y vuelta).

La montaña siempre es muy variable y sobre todo en Cantabria la climatología siempre puede cambiar de repente. Para evitar sustos, lo más recomendable, es que siempre procures consultarla con anterioridad para evitar contratiempos o anteponerse a ellos de forma segura.

Según la estación en la que planifiques la ruta, la meteorología y las condiciones en las que vayas a encontrar el recorrido, necesitarás llevar más o menos ropa térmica, ropa de abrigo, ropa más ligera o un calzado determinado. Opta siempre por incluir una segunda capa en la mochila y un chubasquero, así como vestir ropa cómoda hecha con materiales transpirables y acorde a las condiciones meteorológicas. En cuanto al calzado, no dudes en hacerte con un calzado adecuado para senderismo y unas buenas botas de montaña, este es uno de los detalles más importantes para cuidar tus pies y conseguir disfrutar de la ruta al máximo.

Además de suficiente agua, tampoco olvides incluir comida que pueda ayudarte a recargar energía durante la ruta como puede ser una fruta, galletas, barritas energéticas, frutos secos o lo que creas que vayas a necesitar para conservar tus fuerzas durante toda la ruta.

Un chubasquero, guantes, calcetines de repuesto o un kit básico de primeros auxilios con antihistamínicos, antiinflamatorios, tijeras, gasas, tiritas y manta térmica nunca estarán de más. Al igual que una gorra o gorro, crema solar, repelente de insectos, frontal con pilas, batería portátil para el móvil y unos bastones, los cuales siempre serán una buena opción para incluir también en nuestra mochila de senderismo.

Aunque no tengas sed y sobre todo en las horas del día y los meses más calurosos, beber agua en pequeñas dosis a lo largo de la ruta es vital. Una buena hidratación ayudará al perfecto funcionamiento de nuestro organismo. Si por el contrario no bebemos suficiente agua y perdemos más agua de la que ingerimos, nuestro organismo podría entrar en un estado de deshidratación, pudiendo aparecer con ella la debilidad muscular, los calambres, el cansancio o incluso un posible golpe de calor.

Durante la ruta no te olvides de respetar y cuidar el entorno. Una buena forma de hacerlo es llevando una bolsa en la mochila destinada a guardar todos los desperdicios y la basura que puedas generar durante la caminata para al finalizar la ruta tirarla en algún contenedor adecuado para ello. No olvides que el senderismo es una práctica deportiva que ante todo respeta la naturaleza y para ello, nada mejor que evitar que esa basura pueda acabar en la montaña.